La mayoría de los países de la región se encuentran ya hace unos años en un proceso de transformación fiscal con lineamientos de alguna manera homogéneos, con tendencias recurrentes tales como:
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énfasis en los lineamientos marcados por organismos internacionales respecto de planificaciones fiscales agresivas;
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relevancia del intercambio de información financiera;
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interés en los beneficiarios finales de las estructuras de planificación patrimonial y societaria;
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reglas de trasparencia que restringen el diferimiento impositivo en el caso de sociedades del exterior;
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renacida importancia del principio de “sustancia sobre forma” (o de “realidad económica”)
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normas vinculadas con empresas vinculadas o grupos económicos (o “reglas de precios de transferencia”);
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mecanismos alternativos o preventivos de resolución de controversias locales e internacionales
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alcance de actividades “modernas” o tradicionalmente no reguladas del mundo financiero o tecnológico y
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amnistías (o “blanqueos”) recurrentes, entre otros.